Las freidoras acumulan suciedad, sobre todo la grasa que queda alrededor por el uso del aceite, y claro, también están los residuos que dejan la comida. Es por eso que deben tener una limpieza constante, para que tu platillo sea rico y no le quede un sabor y olor como a aceite quemado, que suele ser una de las mayores quejas en negocios cuando un alimento frito no le gusta al cliente.
¡A tallar! Pero ten cuidado…
Existe la costumbre de tallar todo al lavarlo, sin embargo, con las freidoras, sobre todo la canastilla, hay que tener mucho cuidado. Si usas un instrumento muy rasposo, podríamos volver poroso el exterior y dar pie a que se acumulen más residuos, además de que la fuerza que apliquemos podría abollar la canasta. Tenemos que ser suaves.
¿Qué proceso debo realizar para limpiar mi freidora?
Para el interior de tu freidora, llena con agua de la misma forma que viertes el aceite, aplica también algún detergente desengrasante de tu preferencia o vinagre blanco, y deja hervir todo por diez minutos, aproximadamente. Desconecta la freidora y deja que el agua se enfríe para proceder a retirarla. Puede que no todo se haya desprendido, pero ahora será más fácil hacerlo manualmente. Usa la ayuda de alguna pala o espátula para retirar residuos de comida que pudieran haber quedado al fondo. Finalmente apóyate de un paño tibio para terminar de retirar todo.
Un consejo muy útil es no mezclar aceites ni sobrecalentarlo, ¡y listo! Tus freidoras no tendrán problema alguno para ser limpiadas.
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